Acorazado Potemkin: poesía, tango, política y punk rock
En Acorazado Potemkin se cruzan la poesía, el cine y la canción. El trío que combina una estética punkrock con ciertos ademanes del tango, estará este mes en Córdoba en el marco del V Festival Internacional de Poesía a desarrollarse entre el 30 de marzo y el 03 de abril.
Por Mariano Pacheco, escritor y periodista
En una sala situada en el barrio porteño de Villa Ortúzar, en una tarde calurosa de febrero, el trío recibe a Deodoro luego de un ensayo. Entre mates y tragos de agua fría, entre risas y comentarios informales, transcurre ese rato al que muchos periodistas calificarían como una “entrevista”.
Juan Pablo Fernández en guitarra y voz, Luciano “Lulo” Esain en batería y Federico Ghazarossian en bajo forman Acorazado Potemkin.
Sentados en un sillón de la sala de ensayos donde sus canciones suelen dar sus primeros pasos, en ese sillón al que consideran ya un “clásico” de charlas, mateadas y algunas fotos que les han tomado luego de más de una entrevista, uno puede pensar que el trío es no solo un grupo de música, sino un colectivo humano que se expresa como un coro. Juan Pablo suele hablar un poco más. De algún modo toma la posta, como se dice, pero la conversación tiene un tono ampliamente participativo. Por momentos cada uno espera su turno para hablar, aunque a veces uno complementa los argumentos de los otros.
Juan Pablo integró Pequeña Orquesta Reincidentes, banda con la que produjo composiciones para películas, como por ejemplo Whisky (2004).
Luciano participó de Playmobil y Flopa-Manza-Minimal. También Valle de muñecas y Motorama. Federico Ghazarossian ha sido parte de Don Cornelio y la Zona, Los Visitantes, Me darás mil hijos y Cardenal Domínguez Cuarteto.
Formado en 2009, el grupo tiene hasta el momento dos discos circulando: “Mugre” (2011) y “Remolino” (2014). En la charla insisten en la importancia de informar a los lectores de esta gaceta que ambos discos pueden descargarse de su página web (http://www.acorazadopotemkin.com.ar).
En 2012 también formaron parte de las bandas que grabaron canciones para “Cuerpo”, un disco realizado en homenaje a Mariano Ferreyra, el joven asesinado por una patota de la Unión Ferroviaria mientras participaba de un conflicto protagonizado por trabajadores “precarizados” del ferrocarril Roca. Del CD, realizado de manera autogestiva, también participaron –entre otros– la Orquesta Típica Fernández Fierro, Rally Barrionuevo, Las Pastillas del Abuelo y Manu Chao, y parte del dinero recaudado tras ventas anticipadas fue destinado a la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI), una organización de derechos humanos que asesora a familiares de víctimas de casos de gatillo fácil. La participación en este disco no es un dato menor, si se tiene en cuenta que Acorazado Potemkin fue una de las últimas bandas que el militante del Partido Obrero escuchó con fervor. Tal vez por eso se los pudo ver en escenarios de Plaza de Mayo, junto a quienes reclamaban justicia por su muerte.
Más recientemente, durante este verano, fueron una de las bandas que tocó en el Festival realizado en Parque Centenario en solidaridad con los trabajadores del Grupo 23, ante el vaciamiento de la empresa periodística emprendido por sus dueños, Sergio Szpolski y Matías Garfunkel.
Según cuenta el baterista de Acorazado, le dan mucha importancia al hecho de tocar en lugares así. También participaron de recitales en defensa de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y en Avellaneda, en las jornadas en donde los movimientos sociales pelearon (y conquistaron), que aquella estación de trenes del sur del conurbano bonaerense se llamara “Estación Darío y Maxi”, en homenaje a Kosteki y Santillán, los jóvenes militantes asesinados el 26 de junio de 2002 en la denominada “Masacre de Avellaneda”.
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La respuesta al porqué del nombre de la banda es concisa y clara. Cortito y al pie cuentan que, “de pibes”, el clásico filme de Serguéi Eisenstein (1925), donde se cuenta la sublevación de los marinos rusos frente a los oficiales de la armada zarista, “los marcó”.
Cine y canción. Canción y poesía. Tango, punk y rock and roll. “Rock-punk-mugre”, así definieron alguna vez a su estilo, que es a su vez una estética que recupera para el rock nacional gran parte de su legado contestatario.
Y rescata del tango, asimismo, la tradición de escribir como se habla. A propósito de esta definición, y del espacio que en la década del 60 Juan “Tata” Cedrón abrió para el cruce entre poesía y canción (musicalizando textos de grandes poetas, como Juan Gelman y Raúl González Tuñón), este cronista les pregunta por ese vínculo, por cómo es abordado o entendido por la banda. Y si bien en su segundo disco Javier “Cardenal” Domínguez participa como invitado, los integrantes de Acorazado toman un poco de distancia. Rescatan para sí su oficio, y con mucho respeto responden que no toda letra de canción es una poesía. Aunque –¿con pudor?– reconocen que algunas de sus letras pueden ser leídas como poemas. “Aunque no todas”, se apresuran en aclarar. Para el bajista de la banda es “un 50 y un 50” entre letra y música. El cantante, por su parte, aclara que le gusta componer las canciones a partir de la melodía.
Como sea, entre el 30 de marzo y el 2 de abril estarán en la Docta, participando del “V Festival Internacional de Poesía de Córdoba”, organizado por las editoriales cordobesas Recovecos, Caballo Negro y Viento de Fondo, del que el año pasado participaron “músicos-escritores” como Leo Masliah y Gabo Ferro, y que en ediciones anteriores tuvo otros destacados músicos invitados, como Palo Pandolfo.
Además de Montevideo (Uruguay) la banda ha tocado ya en varias ciudades argentinas: La Plata y Mar del Plata, Pergamino, Mendoza y Rosario, San Luis y Córdoba, en la capital pero también en Río Cuarto. De hecho, cuentan que primero salieron a tocar en “el interior”, que Córdoba fue de alguna manera como su primera casa, y que viajan a la provincia mediterránea cada vez que pueden.
Para quienes aún no los han visto tocar en vivo, ahora cuentan con la posibilidad de hacerlo, no solo en un evento que se realizará con entrada libre y gratuita, sino en un espacio que suele cruzar no solo poesía con canción, sino también con otras artes y, sobre todo, con una intensa voluntad de hacer de estos espacios un lugar de encuentro.
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