Cara a Cara

Deodoro-mensual-40

Texto de apertura, Marzo 014
Por Mariano Barbieri

Nunca se me había ocurrido pensar que cuando miramos una foto de frente, los ojos repiten la posición y la visión del objetivo, escribe Julio Cortázar en “Las babas del diablo”. Tal vez compartiendo este asombro es que decidimos en marzo repetir la experiencia del año pasado: armar un número especial lleno de conversaciones, de entrevistas, de discusiones cara a cara.

En charlas como estas, también, se reflejan las luchas por la dirección cultural y política de la sociedad: son parte significativa de eso que tanto se repite como la batalla cultural. Entrevistamos no para entronar a un personaje o enrostrar detrás de una sola persona a una causa o a una manera de ver el mundo. Entrevistamos para conocer en profundidad, para hacer una pausa reflexiva y para evitar –como reclama continuamente Horacio González– que las discusiones se frenen detrás de las consignas. Nos sentamos a conversar para dar lugar a los capítulos subsiguientes del pensamiento, para trascender la consigna, el lugar común, la idea empaquetada. Preguntamos y repreguntamos para construir algo novedoso. La entrevista es un gesto de aprendizaje mutuo.

Y hay una riqueza especial en el género, en esa especie de juego discursivo que se da en el texto que construyen tanto el que las hace, como el que recibe las preguntas. Eso que explica tan claro la microsociología: si podemos pensar en las palabras que vamos a decir es porque al hablar adoptamos el punto de vista de otras personas y evaluamos su reacción a lo que hemos dicho hasta ese momento, explica Randall Collins. Se desata en los diálogos un mecanismo de ajustes en el que la persona entrevistada actúa –también– en función de la expectativa del otro. Es por eso que podemos decir, sin dudar un instante, que este conjunto de entrevistas es una publicación de textos colectivos.

Así, nos sentamos a hablar con el periodista Hernán Brienza sobre su mirada puesta en la actualidad política y la presentación de su libro de crónicas sobre el interior del país; o con el Bichi Luque, miembro del Colectivo de Jóvenes por Nuestros Derechos, en relación al código de faltas y a la mirada policial sobre los jóvenes en el contexto de los saqueos; con Sofía Gatica sobre la resistencia que encabeza a la maquinaria agroindustrial y el acampe frente a la multinacional Monsanto; con el exgobernador Eduardo Angeloz sobre el contenido de sus mandatos, la historia interna de la UCR y el proceso político actual; con Susana Rosales en relación a la organización y los reclamos del Movimiento Campesino de Córdoba, del cual forma parte; con el director de cine Rosendo Ruiz sobre la sorpresiva y merecida repercusión del cine cordobés y en especial de su película De Caravana; con el guatemalteco Frank Le Rue sobre la libertad de prensa en América Latina y en Argentina en particular; con la crítica literaria Elsa Drucaroff en relación a la nueva narrativa argentina y los vínculos entre política y literatura; y por último con el filósofo Horacio Cerutti-Guldberg sobre las vertientes del pensamiento social latinoamericano.

De muchos de ellos se conoce tal vez sólo un titular, una acción o una etiqueta. A través de estas entrevistas trascendimos ese espacio de consigna de manera heterodoxa y diversa, no sólo en cuanto a las discusiones, sino también a las áreas de la cultura y la política sobre las que trabajamos. Sentados, las dos partes, cara a cara, un cuaderno y un grabador. Nada más.